Por todos es sabido los múltiples beneficios que tienen las actividades físicas para el desarrollo motor, cognitivo y social del ser humano a cualquier edad y la natación es una de estas actividades que contribuyen a ello. Cuando los padres buscamos una actividad física que puedan practicar nuestros hijos, es inevitable pensar en los diferentes deportes que se practican en el medio terrestre (multideporte, patinaje, baloncesto, fútbol sala…), todo sea dicho que la mayoría de ellos se practican en dicho medio. Ya sea por falta de accesibilidad a una piscina climatizada durante los meses de frío, por la educación que hemos recibido o simplemente por el poco atractivo que pueda tener este deporte para los padres, la natación la vemos como una actividad que el niño tiene que dominar para no ahogarse. Pues bien, hoy en día tenemos la gran suerte de conocer los grandes beneficios que nos aporta esta actividad en un medio donde la diversión y la seguridad tienen que ir de la mano.
Si miramos a la natación desde un punto de vista más amplio que el simple hecho de aprender a nadar para que los niños no se ahoguen, enseguida vemos todo los beneficios que les puede aportar:
- Potencia el desarrollo psicomotor. El medio acuático nos brinda la oportunidad de vivenciar unas sensaciones motoras que no podemos obtener fuera de él. El desplazamiento en el agua nos da una sensación de libertad, ligereza y facilidad para realizar diferentes movimientos.
- Fomenta los buenos hábitos de seguridad en el agua. Con las clases de natación los niños son capaces de aprender ese respeto que tienen que tener al agua y nunca el miedo a ella. Tienen que ser conscientes de los diferentes peligros que pueden sufrir en este medio y siempre bajo la supervisión de un adulto. Por ello es muy importante que los padres/madres no se “relajen” cuando sus hijos se divierten en la playa, piscina, embalse… porque el hecho de saber nadar no les exime de ahogarse.
- Contribuye a interactuar con otros niños y por lo tanto a fomentar las relaciones sociales. Cuando nuestros hijos acuden a programas acuáticos, mayoritariamente lo hacen con más niños de edades similares y es el momento perfecto para que interactúen entre ellos.
- Despiertan la curiosidad y fortalecen la confianza en uno mismo. Las actividades acuáticas ayudan a un desarrollo motor temprano. Se ha observado que niños que acuden a programas acuáticos a edades tempranas, desarrollan antes las diferentes cualidades físicas y del habla. Esto les proporciona una mayor independencia, una mejor percepción del entorno y un aumento de su autoconfianza.
- Nos ayuda a bordar ciertos problemas que nos encontramos hoy en día en la infancia además de ser una gran herramienta para el tratamiento de diferentes enfermedades. En la actualidad cada vez los niños se mueven menos y comen productos alimentarios que no les aporta ningún beneficio para su salud. Es aquí donde los diferentes ejercicios que podemos practicar en el agua nos ayuda a evitar y/o tratar la obesidad infantil. También podemos encontrar referencias para el tratamiento del asma durante la infancia y la adolescencia donde el ejercicio dentro de este medio nos ayuda a su tratamiento gracias al control que tenemos que desarrollar de la respiración y al aumento de la capacidad pulmonar.
A modo de conclusión, la práctica de ejercicio físico en el medio acuático para niños nos ayuda a que desarrollen antes las capacidades físicas gracias a que el movimiento dentro del agua hace que experimenten nuevas sensaciones. Es una herramienta más con la que poder abordar diferentes problemas como la obesidad infantil y el asma.
Bibliografía
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